Del Diario de Santa Faustina, 1495
Oh, qué bueno es invocar la ayuda de Jesús durante la
conversación. Oh, qué bueno es impetrar para sí gracias actuales en los
momentos de tranquilidad.
Del Diario de Santa Faustina, 1588
Hoy escuché las siguientes palabras: «En el Nuevo Testamento enviaba a los profetas al pueblo Mío con los truenos. Hoy te envío a toda la humanidad con Mi Misericordia. No quiero castigar a la doliente humanidad, en cambio deseo sanarla abrazándola a Mi Corazón Misericordioso. Castigos aplico cuando ellos mismos me obligan a ello. Mi mano sin ganas toma la espada de justicia; antes del día de la justicia envío el día de Misericordia». Contesté –Oh mí Jesús, Tu sólo hablas a las almas, porque mis palabras son sin importancia.
Del Diario de Santa Faustina, 161
Virgen y Madre a la vez. Tú eres bella como el sol, sin
mancha alguna, nada se puede comparar con la imagen de Tu alma Tu belleza
encantó el ojo del tres veces Santo, Y bajó del cielo, abandonando el trono de
la sede eterna, y tomó el cuerpo y la sangre de Tu Corazón, durante nueve meses
escondiéndose en el Corazón de la Virgen.
Oh Madre, Virgen, nadie comprenderá.
Que el inmenso Dios se hace hombre
Sólo por amor y por Su insondable misericordia.
A través de Ti, oh Madre, viviremos con Él eternamente
Del Diario de Santa Faustina, 1188
Frecuentemente oro por Polonia, pero veo gran enojo de Dios para ella, por ser ingrata. Hago esfuerzos de toda mi alma, para defenderla. Ininterrumpidamente estoy recordando a Dios su promesa de Misericordia. Cuando veo su enojo, me arrojo con confianza al infinito de su Misericordia y sumerjo a toda Polonia en ella, entonces no puede utilizar Su Justicia. Patria Mía, cuanto me estás costando. No hay día, en el que no hubiera orado por Ti.
Del Diario de Santa Faustina, 286
En un momento durante la adoración por nuestra Patria, el dolor me apretó el alma y principié a orar en la siguiente forma: Jesús más Misericordioso, te pido a través de Tus Santos y especialmente a través de Tu más amada Madre, la que te ha creado desde niño, imploro a Ti, bendigas a la Patria mía.
Del Diario de Santa Faustina, 1585
Visión de la Madre de Dios. En gran luminosidad vi a la Madre de Dios, en vestido blanco, atado con el cinturón de oro y pequeñas estrellitas estaban en todo el vestuario y mangas en triángulo, adornando con oro. El abrigo de color zafiro, tuvo ligeramente puesto en la cabeza, el velo transparente, cabello suelto bellamente arreglado y corona de oro, la que terminaba con crucesitas. En la mano izquierda sostenía al Niño Jesús. En esta forma nunca he visto a la Madre de Dios. De repente me miró con amabilidad y dijo: «Soy la Madre de Dios Sacerdotal». Luego bajó a Jesús de su mano al piso, y levantando la mano derecha al cielo, me dijo: «Dios bendiga a Polonia, bendiga a los Sacerdotes». Decid, que en la primera ocasión de ver al Padre, le diré, pero yo sólo no puedo comprender nada de esta aparición.
Del Diario de Santa Faustina, 714
Hoy el Señor me ha dicho: «Vete con la Superiora y dile, que yo deseo, que todas las Hermanas y los niños rezen esta coronita que te enseñé. Deben rezar durante los nueve días y en la capilla, con el fin de desagraviar al Padre Mío e implorar la Misericordia de Dios para Polonia».
Del Diario de Santa Faustina, 59 (24) 1933
En un momento he oído una voz en mi alma: «Has la novena por la Patria. Esta novena se compondrá de la Letanía a Todos Santos. Pide el permiso al confesor». En la próxima confesión recibí el permiso y de inmediato en la noche principié la novena. Terminando la Letanía vi una claridad inminente y en ella a Dios Padre. Entre esta claridad y la tierra, vi a Jesús crucificado en tal forma que cuando Dios quería ver la tierra, tenía que mirar a través de las heridas de Jesús. Y comprendí, que por Jesús, Dios bendice a la Tierra.
Del Diario de Santa Faustina, 39