Del Diario de Santa Faustina, 1188
Frecuentemente oro por Polonia, pero veo gran enojo de Dios para ella, por ser ingrata. Hago esfuerzos de toda mi alma, para defenderla. Ininterrumpidamente estoy recordando a Dios su promesa de Misericordia. Cuando veo su enojo, me arrojo con confianza al infinito de su Misericordia y sumerjo a toda Polonia en ella, entonces no puede utilizar Su Justicia. Patria Mía, cuanto me estás costando. No hay día, en el que no hubiera orado por Ti.
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