27 de octubre de 2021

Diario de Santa Faustina, 102; 2

 

 (…) La Maestra se dio cuenta inmediatamente del estado de mi alma, me habló de la inconcebible misericordia de Dios y dijo: "No se preocupe por nada, hermana, se lo ordeno en virtud de la santa obediencia." Y continuó: "Ahora veo que Dios la llama a una gran santidad, el Señor la desea tener cerca de sí, permitiendo estas cosas, tan pronto. Sea fiel a Dios, hermana, porque esto es señal de que la quiere tener en lo alto del cielo." Pero yo no entendí nada de estas palabras.

 


 

26 de octubre de 2021

Diario de Santa Faustiana, 101; 3

 

 (…) Cuando el alma ha sido compenetrada totalmente por este fuego infernal, cae en la desesperación. Cuando mi alma comenzó a hundirse en la desesperación, sentí que estaba llegando mi agonía, entonces cogí un pequeño crucifijo y lo estreché fuertemente en la mano; sentí que mi cuerpo iba a separarse del alma. Pronuncié las últimas palabras, confío en Tu misericordia, y me pareció que había impulsado a Dios a una ira aún mayor, y me hundí en la desesperación, y solamente de vez en cuando de mi alma irrumpía un gemido doloroso, un gemido sin consuelo. (…)

 


 

 

25 de octubre de 2021

Diario de Santa Faustina,  102; 1

 

Después de un largo momento, al entrar en la celda una de las hermanas me encontró casi muerta. Se asustó y fue a la Maestra que en virtud de la santa obediencia me ordenó levantarme y en seguida sentí las fuerzas físicas y me levanté del suelo, temblando toda. (…)

 


 

 

 

24 de octubre de 2021

Diario de Santa Faustina, 99; 1

 

Nadie puede iluminar tal alma si Dios quiere mantenerla en las tinieblas. Este rechazo por parte de Dios ella lo siente muy vivamente. De su corazón brotan gemidos dolorosos, tan dolorosos que ningún sacerdote los puede comprender si no lo ha pasado él mismo. (…)

 


 

 

23 de octubre de 2021

Diario de Santa Faustina,  99; 2

 

 (…) Satanás se burla de ella: "Ves, ¿seguirás siendo fiel? He aquí la recompensa, estás en nuestro poder." Pero Satanás tiene tanto poder sobre aquella alma cuanto Dios permite; Dios sabe cuánto podemos resistir. (Sigue diciendo) "¿Y qué has ganado por haberte mortificado? ¿Y qué has conseguido siendo fiel a la regla? ¿A qué todos estos esfuerzos? Estás rechazada por Dios". La palabra "rechazada" se convierte en fuego que penetra cada nervio hasta la médula de los huesos. (…)