Diario de Santa Faustina, 99; 2
(…) Satanás se burla de ella: "Ves, ¿seguirás siendo fiel? He aquí la recompensa, estás en nuestro poder." Pero Satanás tiene tanto poder sobre aquella alma cuanto Dios permite; Dios sabe cuánto podemos resistir. (Sigue diciendo) "¿Y qué has ganado por haberte mortificado? ¿Y qué has conseguido siendo fiel a la regla? ¿A qué todos estos esfuerzos? Estás rechazada por Dios". La palabra "rechazada" se convierte en fuego que penetra cada nervio hasta la médula de los huesos. (…)
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