Diario de Santa Faustina, 99; 1
Nadie puede iluminar tal alma si Dios quiere mantenerla en las tinieblas. Este rechazo por parte de Dios ella lo siente muy vivamente. De su corazón brotan gemidos dolorosos, tan dolorosos que ningún sacerdote los puede comprender si no lo ha pasado él mismo. (…)
No hay comentarios:
Publicar un comentario