Del Diario de Santa
Faustina, 1585
Visión de la Madre de Dios. En gran luminosidad vi a la Madre de
Dios, en vestido blanco, atado con el cinturón de oro y pequeñas estrellitas
estaban en todo el vestuario y mangas en triángulo, adornando con oro. El
abrigo de color zafiro, tuvo ligeramente puesto en la cabeza, el velo
transparente, cabello suelto bellamente arreglado y corona de oro, la que
terminaba con crucesitas. En la mano izquierda sostenía al Niño Jesús. En esta
forma nunca he visto a la Madre de Dios. De repente me miró con amabilidad y
dijo: «Soy la Madre de Dios Sacerdotal». Luego bajó a Jesús de su mano al piso,
y levantando la mano derecha al cielo, me dijo: «Dios bendiga a Polonia,
bendiga a los Sacerdotes». Decid, que en la primera ocasión de ver al Padre, le
diré, pero yo sólo no puedo comprender nada de esta aparición.