Del Diario de Santa Faustina, 1294
El Señor me ha enseñado que si un alma no acepta las gracias que le han sido destinadas, en ese mismo momento las recibe otra alma. Oh Jesús mío, hazme digna de recibir las gracias, porque por mi misma no puedo hacer nada, sin Tu ayuda no soy capaz ni siquiera de pronunciar dignamente Tu nombre.
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