Del Diario de Santa Faustina, 844
... Cruzando la ciudad, imaginé que era Belén. Veía que toda la gente se apresuraba y pensaba: «¿Quién medita hoy este misterio inefable en el recogimiento y el silencio? ».
(... ) Oh Virgen Radiante, pura como el cristal, toda sumergida en Dios, te confío mi vida interior. Organiza todo para que sea grato a tu Hijo, oh Madre mía, y deseo tanto que me des al pequeño Jesús durante la Misa de Medianoche
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