Diario de Santa Faustina, 212
Cuando fui a confesarme de nuevo, recibí la respuesta: "Yo no la entiendo a usted, hermana, es mejor que usted no se confiese conmigo". Dios mío, yo tengo que hacerme tanta violencia antes de decir cualquier cosa sobre mi vida interior y he aquí la respuesta que obtengo "¡yo no la entiendo!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario