Diario de Santa Faustina, 169; 2
(…) (Jesús continuó diciéndome) "Y como prueba de que soy Yo quien te habla, el segundo día de los ejercicios espirituales irás a confesarte con el sacerdote que dirige los ejercicios. Irás a él en cuanto termine la meditación y preséntale los temores que tienes respecto a Mí, y Yo te contestaré por su boca y entonces terminarán tus dudas. (…)
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