Diario
de Santa Faustina, 157
Por
la noche, al entrar en la pequeña capilla, oí en el alma estas palabras:
"Hija Mía, considera estas palabras: «y sumido en la angustia, oraba más tiempo»".
Cuando empecé a reflexionar más profundamente sobre ellas, mucha luz me
iluminó: que de tal fatigosa oración depende a veces nuestra salvación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario