17 de septiembre de 2020

Diario de Santa Faustina, 156

 

Una vez deseaba mucho acercarme a la Santa Comunión, pero tenía cierta duda y no me acerqué. Me parecía que el corazón se me reventaría del dolor. Cuando me dediqué a mis tareas, con el corazón lleno de amargura, de repente Jesús se puso a mi lado y me dijo: " Hija Mía, no dejes la Santa Comunión, a no ser que sepas bien de haber caído gravemente, fuera de esto no te detengan ningunas dudas en unirte a Mí en Mi misterio de amor. Tus pequeños defectos desaparecerán en Mi amor como una pajita arrojada a un gran fuego. Debes saber que Me entristeces mucho, cuando no Me recibes en la Santa Comunión". 

Jesús en Ti confío
 
 
 
 
 
 

 

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