Diario
de Santa Faustina, 156
Una vez deseaba mucho acercarme a la Santa
Comunión, pero tenía cierta duda y no me acerqué. Me parecía que el corazón se
me reventaría del dolor. Cuando me dediqué a mis tareas, con el corazón lleno
de amargura, de repente Jesús se puso a mi lado y me dijo: " Hija Mía, no
dejes la Santa Comunión, a no ser que sepas bien de haber caído gravemente,
fuera de esto no te detengan ningunas dudas en unirte a Mí en Mi misterio de
amor. Tus pequeños defectos desaparecerán en Mi amor como una pajita arrojada a
un gran fuego. Debes saber que Me entristeces mucho, cuando no Me recibes en la
Santa Comunión".
Jesús en Ti confío
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