20 de septiembre de 2020

Diario de Santa Faustina, 155

 

Desde hace algún tiempo me sucede sentir en el alma cuando alguien reza por mí, lo siento inmediatamente; y en cambio cuando algún alma me pide la oración, aunque no me lo diga, yo lo siento igualmente en el alma. Lo siento como una inquietud, como si alguien me llamara; cuando rezo, obtengo la paz.

Jesús en Ti confío
 
 
 
 
 
 
 
 

 

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