Diario
de Santa Faustina, 155
Desde
hace algún tiempo me sucede sentir en el alma cuando alguien reza por mí, lo
siento inmediatamente; y en cambio cuando algún alma me pide la oración, aunque
no me lo diga, yo lo siento igualmente en el alma. Lo siento como una
inquietud, como si alguien me llamara; cuando rezo, obtengo la paz.
Jesús en Ti confío
No hay comentarios:
Publicar un comentario