2 de agosto de 2020

Del Diario de Santa Faustina, 930
 

Oh Jesús mío, cuando vaya a Tu casa y me colmes de Ti mismo, y esto será para mí la plenitud de la felicidad, no olvidaré la humanidad; deseo levantar las cortinas del cielo para que la tierra no dude de la Divina Misericordia. Mi descanso está en proclamar Tu misericordia. El alma rinde la mayor gloria a su Creador cuando se dirige con confianza a la Divina Misericordia.
 

Jesús en Ti confío
 
 
 

 

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