30 de agosto de 2020

Del Diario de Santa Faustina, 627

 

Cuando me quejaba al Señor de que me quitaba esta ayuda y de que estaría sola otra vez, sin saber cómo actuar, oí estas palabras: No tengas miedo, Yo estoy siempre contigo. Después de estas palabras una profunda paz entró otra vez en mi alma. Su presencia me penetró totalmente de manera sensible. Mi espíritu fue inundado de luz y también el cuerpo participó en esto.

Jesús en Ti confío
 
 
 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario