29 de agosto de 2020

Del Diario de Santa Faustina, 626

 

Por la noche, durante la Bendición [230], por un momento ni alma estuvo en contacto directo con Dios Padre; sentí que estaba en sus brazos como una niña y oí en el alma estas palabras: No tengas miedo, hija Mía, de nada, todos los adversarios quedarán destruidos a Mis pies. Con estas palabras entraron en mi alma una profunda serenidad y un extraño silencio interior. 

Jesús en Ti confío







 

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