Del Diario de Santa
Faustina, 1044
Súbitamente me inundó la presencia de Dios y de inmediato me vi en
Roma, en la capilla del Santo Padre, pero a la vez estaba en nuestra capilla, y
la solemnidad del Santo Padre y de toda la Iglesia estaba estrechamente unida a
nuestra capilla, y de manera especial a nuestra Congregación; y participé al
mismo tiempo en la solemnidad de Roma y la de aquí. Esta solemnidad estaba tan
estrechamente unida a Roma que, aunque escribo, no alcanzo a distinguir [la
diferencia entre una y otra], pero fue asi como lo vi. Vi al Señor Jesús
expuesto en la custodia en el altar mayor, en nuestra capilla. La capilla
estaba adornada solemnemente y aquel dia podian entrar en ella todos,
cualquiera que quisiera. Hubo tanto gentio que yo no lograba abarcarlo con la
vista. Todos participaban en esa solemnidad con gran alegria y muchos
recibieron lo que había deseado.La misma solemnidad tenía lugar en Roma, en un
bello templo y el Santo Padre con todo el clero celebraba esta solemnidad. Y de
repente vi a San Pedro que se puso entre el altar y el Santo Padre. ¿Qué decia
San Pedro? No pude escucharlo, pero vi que el Santo Padre comprendía sus
palabras…
