Diario de Santa Faustina, 199
Cuando pienso en los votos perpetuos y en quién es Aquel que desea unirse a mí, este pensamiento me induce a meditar sobre Él durante horas enteras. ¿Cómo va a suceder esto? Tú eres Dios y yo una criatura Tuya, Tú eres el Rey inmortal y yo una mendiga y la miseria misma. Pero ahora ya lo tengo todo claro, en realidad, este abismo, Señor, lo llenarán Tu gracia y amor. Este amor llenará el abismo entre Tú, Jesús, y yo.