Del Diario de Santa Faustina, 283
"Oh Dios único en la Santísima Trinidad, deseo amarte
como hasta ahora ninguna alma humana Te ha amado; y aunque soy particularmente
mísera y pequeñita, no obstante arrojé muy profundamente el ancla de mi
confianza en el abismo de Tu misericordia, oh Dios y Creador mío. A pesar de mi
gran miseria, no tengo miedo de nada, sino que espero cantar eternamente el himno
de la gloria".