De Diario de Santa Faustina, 267
Jesús me dijo que yo le agradaría más meditando su dolorosa Pasión, y a
través de esta meditación mucha luz fluye sobre mi alma. Quien quiera aprender
la verdadera humildad, medite la Pasión de Jesús. Cuando medito la Pasión de
Jesús, se me aclaran muchas cosas que antes no llegaba a comprender. Yo quiero
parecerme a Ti, oh Jesús, a Ti crucificado, maltratado, humillado. Oh Jesús, imprime
en mi alma y en mi corazón Tu humildad. Te amo, Jesús, con locura. Te amo
anonadado, como Te describe el profeta, que por los grandes sufrimientos no
lograba ver en Ti el aspecto humano. En este estado Te amo, Jesús, con locura.
Dios Eterno e Inmenso, ¿Qué ha hecho de Ti el amor….?