Del Diario de Santa Faustina, 319
La adoración nocturna del jueves. Hice la adoración desde las once hasta las doce. Hice esta adoración por la conversión de los pecadores empedernidos y especialmente por los que perdieron la esperanza en la Divina Misericordia. Meditaba sobre lo mucho que Dios sufrió y lo grande que es el amor que nos mostró, y nosotros no creemos que Dios nos ama tanto. Oh Jesús, ¿Quién lo comprenderá? ¡Qué dolor para nuestro Salvador! Y ¿Cómo puede convencernos de su amor si su muerte no llega a convencernos? Invité a todo el cielo a que se uniera a mi para compensar al Señor la ingratitud de ciertas almas.
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