1 de febrero de 2022

Diario de Santa Faustina, 145; 7

 

 (…) Cuando el alma recibió mucha luz y muchas inspiraciones durante largo tiempo y cuando los confesores le confirmaron la tranquilidad y la procedencia de ellas, si su amor es grande, ahora Jesús le da a conocer que es el tiempo para poner en práctica lo que recibió. (…)

 


 

31 de enero de 2022

Diario de Santa Faustina, 135; 4

 

 (…) Primero los sufrimientos físicos y todas las circunstancias que los aumentan; los sufrimientos espirituales en toda su extensión y de los cuales nadie sabrá. En aquella visión entra todo: sospechas injustas, pérdida del propio buen nombre. (…)

 

 


30 de enero de 2022

Diario de Santa Faustina, 135:3

 

(…) Aunque por fuera no veía nada, la presencia de Dios me envolvió por completo. En aquel momento mi mente fue iluminada de modo singular. Delante de los ojos de mi alma pasó una visión, como aquella que el Señor Jesús tuvo en el Huerto de los Olivos. (…)

 


 

 

29 de enero de 2022

Diario de Santa Faustina, 135; 2

 

 (…) El corazón y el alma me temblaban. Estas palabras se imprimieron tan profundamente en mi alma. La Palabra de Dios es viva. Cuando vine a la adoración, sentí en el alma que entré en el templo de Dios viviente, cuya Majestad es grande e inconcebible. Y el Señor me dio a conocer lo que son frente a Él incluso los espíritus más puros. (…)

 


 

28 de enero de 2022

Diario de Santa Faustina,  135; 1

 

 En la tercera probación el Señor me dio a entender que me ofreciera a Él para que pudiera hacer conmigo lo que le agradaba. Debo estar siempre delante de Él como víctima. En un principio me asusté, sintiéndome infinitamente miserable y conociéndome bien, contesté al Señor una vez más: "soy la miseria misma, ¿cómo puedo ser rehén?" "Hoy no lo entiendes. Mañana te lo daré a conocer durante la adoración." (…)

 


 

 

27 de enero de 2022

Diario de Santa Faustina,  134

 

Oh Jesús mío, me has sometido a muchas pruebas en mi corta vida, entendí muchas cosas, incluidas tales que estoy sorprendida. Oh, qué bueno es someterse en todo a Dios y permitir a Dios obrar en el alma con toda la plenitud.