19 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 119; 4

 

(…) Conocí a una persona que, al enterarse por otra de cierta cosa que se decía de ella... se enfermó gravemente, perdió allí mucha sangre y muchas lágrimas y luego vino una triste consecuencia, no causada por la espada sino por la lengua. Oh mi Jesús silencioso, ten misericordia de nosotros.

 


 

18 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 119; 3

 

 (…) Oh Dios mío, qué dolor al pensar que podrían estar no solamente en el paraíso, sino hasta ser santas. Oh Jesús, Misericordia, tiemblo al pensar que debo rendir cuenta de la lengua. En la lengua está la vida, pero también la muerte, a veces con la lengua matamos, cometemos un verdadero asesinato. ¿Y podemos considerar esto como una cosa pequeña? De verdad, no entiendo estas conciencias. (…)

 


 

17 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 118; 2

 

 (…) Se pueden decir muchas cosas sin interrumpir el silencio y, al contrario, se puede hablar poco y romper continuamente el silencio. Oh, qué daños irreparables causa no guardar el silencio. Se hacen muchos daños al prójimo, pero sobre todo a su propia alma.

 


 

 

16 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina,  119; 2

 

 (…) El alma sin gustar la dulzura del silencio interior, es un espíritu inquieto y perturba este silencio en los demás. Vi a muchas almas en los abismos infernales por no haber observado el silencio. Ellas mismas me lo dijeron cuando les pregunté cuál había sido la causa de su ruina. (…)

 


 

 

15 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina,  119;1

 

 Según mi opinión y mi experiencia, la regla del silencio debería estar en el primer lugar. Dios no se da a un alma parlanchina, que como un zángano en la colmena zumba mucho, pero no produce miel. El alma hablantina está vacía en su interior. No hay en ella ni virtudes fundamentales, ni intimidad con Dios. Ni hablar de una vida más profunda, ni de una paz dulce, ni del silencio en el que mora Dios.