17 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 118; 2

 

 (…) Se pueden decir muchas cosas sin interrumpir el silencio y, al contrario, se puede hablar poco y romper continuamente el silencio. Oh, qué daños irreparables causa no guardar el silencio. Se hacen muchos daños al prójimo, pero sobre todo a su propia alma.

 


 

 

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