2 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 346;2

 

 Durante la Santa Comunión la alegría inundó mi alma, sentía que estaba unida estrechamente a la Divinidad; su omnipotencia absorbió todo mi ser, durante el día entero sentí la cercanía de Dios de modo particular. Saludaba sin cesar a la Santísima Virgen, ensimismándome en su Espíritu, le rogaba enseñarme un verdadero amor a Dios. De repente oí estas palabras (de Ella): "Te revelaré el secreto de mi felicidad en la noche, durante la Santa Misa".

 


 

1 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 347

Las doce, 25 XII 1934. Misa de Medianoche.

 

En cuanto empezó la Santa Misa, el recogimiento interior empezó a adueñarse de mí. Durante el ofertorio vi a Jesús en el altar, de una belleza incomparable. Durante todo el tiempo el Niñito miró a todos, extendiendo sus manitas. Durante la elevación el Niñito no miraba hacia la capilla, sino hacia el cielo; después de la elevación volvió a mirarnos, pero muy poco tiempo, porque como siempre fue partido y comido por el sacerdote.

 


 

30 de noviembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 114

 

 Oh, ¡qué gratos son los himnos que fluyen de un alma víctima! Todo el cielo queda admirado por tal alma, especialmente si es probada por Dios. Ella dirige hacia Él sus nostálgicos lamentos. Su belleza es grande, porque fluye de Dios. Camina por la selva de la vida herida por el amor divino. Toca la tierra con un solo pie.

 


 

29 de noviembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 113; 3

 

 (…) La tercera palabra es la obediencia. El alma desobediente no conseguirá ninguna victoria, aunque el Señor Jesús Mismo la confiese directamente. El más experto confesor no ayudará nada a tal alma. El alma desobediente se expone a gran peligro y no progresará nada en la perfección y no se defenderá en la vida espiritual. Dios colma generosamente con gracias al alma, pero al alma obediente.

 


 

 

28 de noviembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 113;2

 

 (…) La segunda palabra, la humildad. El alma no saca el debido provecho del sacramento de la confesión si no es humilde. La soberbia mantiene al alma en la oscuridad. Ella no sabe y no quiere penetrar exactamente en lo profundo de su miseria, se enmascara y evita todo lo que la debería sanar. (…)