Del Diario de Santa Faustina, 1488
Oh Señor, siento que mi
corazón se llena de Tu amor, que los rayos de Tu misericordia y Tu amor han
penetrado mi alma. Heme aquí, Señor, que voy para responder a Tu llamada, voy a
conquistar las almas sostenida por Tu gracia; estoy dispuesta a seguirte,
Señor, no solamente al Tabor, sino tambien al Calvario. Deseo traer las almas a
la Fuente de Tu Misericordia para que en todas las almas se refleje el
resplandor de los rayos de Tu misericordia, para que la casa de nuestro Padre
esté llena y cuando el enemigo comience a tirar flechas contra mi, entonces me
cubriré con Tu misericordia como con un escudo
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