Hora de la Misericordia.
Las tres de la tarde.
“Tenemos presente el momento de la agonía del Señor Jesús en la Cruz… Lo acompañamos, unidos a Él aunque sea un brevísimo instante”.
Del Diario de Santa Faustina, 950
“Oh Dios eterno en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve tu a nosotros tu mirada bondadosa y aumenta tu misericordia a nosotros para que en los momentos difíciles no nos desesperemos, ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia misma”.
Del Diario de Santa Faustina, 372
“Oh Jesús mío, Tú sabes que desde los años más tempranos deseaba ser una gran santa, es decir deseaba amarte con un amor tan grande como ninguna alma Te amó hasta ahora. Al principio éstos eran mis deseos secretos (…) Hoy no los alcanzo contener en el corazón, desearía gritar al mundo entero: Amad a Dios, porque es bueno y su misericordia es grande”.
Del Diario de Santa Faustina
“ Mi Corazón está colmado de misericordia para las almas (…Oh, si pudieras comprender que Yo soy para ellas el mejor Padre, que para ellas Mi Corazón ha brotado Sangre y Agua como de una fuente desbordante de misericordia; para ellas vivo en el tabernáculo; como Rey de Misericordia deseo colmar las almas de gracias, pero no quieren aceptarlas”.