Del Diario de Santa Faustina, 372
“Oh Jesús mío, Tú sabes que desde los años más tempranos deseaba ser una gran santa, es decir deseaba amarte con un amor tan grande como ninguna alma Te amó hasta ahora. Al principio éstos eran mis deseos secretos (…) Hoy no los alcanzo contener en el corazón, desearía gritar al mundo entero: Amad a Dios, porque es bueno y su misericordia es grande”.
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