Del Diario de Santa Faustina, 245
Oh Jesús mío, ahora procuraré el honor y la gloria de Tu Nombre, luchando hasta el día en que Tú Mismo me digas: Basta. A cada alma que me has confiado, oh Jesús, procuraré ayudarla con la oración y el sacrificio, para que Tu gracia pueda obrar en ella.
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