Del Diario de Santa Faustina, 244
Veo como si Jesús no pudiera ser feliz sin mí y yo sin Él. Aunque entiendo bien que siendo Dios es feliz en Sí mismo, y para ser feliz no necesita absolutamente ninguna criatura, no obstante su bondad lo fuerza a darse a las criaturas, y esto con una generosidad inconcebible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario