19 de marzo de 2024

Del Diario de Santa Faustina, 66


    ¡Oh tesoro inagotable de la pureza de la intención que haces perfectas y tan agradables a Dios todas nuestras acciones! Oh Jesús, Tú sabes qué débil soy, por eso quédate siempre conmigo, guía mis acciones, todo mi ser. Tú, mi mejor Maestro. De verdad, oh Jesús, me invade el miedo cuando veo mi miseria, pero a la vez me tranquilizo viendo Tu misericordia insondable que es más grande que mi miseria desde toda la eternidad. Y esta disposición de ánimo me reviste de Tu poder. Oh gozo que se deriva del conocimiento de mí misma. Oh verdad inmutable. Eterna es Tu firmeza.

 


 



 

 

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