18 de marzo de 2024

Del Diario de Santa Faustina, 331

 

"Como de costumbre, una noche pedí al Señor Jesús que me diera los puntos para la meditación del día siguiente. Recibí la respuesta: Medita sobre el profeta Jonás y sobre su misión. Agradecí al Señor, pero dentro de mí empecé a pensar: Que meditación tan diferente de otras. Sin embargo, con toda la fuerza del alma trataba de meditar y en aquel profeta me descubrí a mi, en el sentido de que yo también con frecuencia me excusaba delante de Dios [diciendo] que otra persona podría cumplir mejor su santa voluntad, sin entender que Dios lo puede todo, que tanto más destaca todo su poder, cuanto más mísero es el instrumento que utiliza. Dios me lo explicó. Por la tarde hubo confesión de la Comunidad. Cuando presenté al director espiritual el temor que me envuelve a razón de esta misión a la que Dios me utiliza como un instrumento inhábil, el Padre espiritual me contestó que queramos o no queramos, debemos cumplir la voluntad de Dios y me dio el ejemplo del profeta Jonás. Terminada la confesión, contemplaba como el confesor sabia que Dios me había mandado meditar sobre Jonás, ya que yo no le había hablado de eso.
Entonces oí estas palabras: El sacerdote, cuando Me sustituye, no es él quien obra, sino Yo a través de él, sus deseos son Míos. 

Veo como Jesús defiende a sus sustitutos. Él Mismo interviene en su actuar."




 

 

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