Del Diario de Santa Fautina, 1722
"Oí estas palabras: Si no Me ataras las manos, enviaría muchos castigos sobre la tierra. Hija Mía, tu mirada desarma Mi ira; aunque tu boca calle, Me llamas con tal fuerza que todo el cielo se estremece. No puedo regir tu súplica, porque no Me persigues a mucha distancia sino en tu propio corazón."
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