27 de diciembre de 2023

Del Diario de Santa Fautina, 1715

 

"Una fuerte tentación. Cuando el Señor me hizo saber cuánto le es agradable el corazón puro, conocí más profundamente mi propia miseria; y cuando comencé a prepararme a la confesión me asaltaron fuertes tentaciones contra los confesores. Yo no veía a Satanás, pero si lo sentía a él y su tremenda maldad.

Si, es un hombre como los demás.

No es como los demás, porque tiene el poder de Dios. Si, acusarse de los pecados no es difícil, pero descubrir los más escondidos secretos del corazón, rendir cuenta de la actuación de la gracia de Dios, hablar de cada deseo de Dios, de todo lo que pasa entre yo y Dios decir esto a un hombre, eso está por encima de las fuerzas. Y sentía que luchaba contra fuerzas poderosas y exclamé: Oh Cristo, Tú y el sacerdote son uno, me acercaré a la confesión como a Ti y no a un hombre. Al acercarme a la rejilla, descubrí primero mis dificultades. El sacerdote dijo que no había podido hacer mejor que revelar en primer lugar esas fuertes tentaciones. Y después de la confesión se dispersaron todas quién sabe dónde; mi alma disfruta de la paz.

 


 

 


 

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