"A las almas que propagan Mi Misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte nos seré para ellas, el Juez, sino el Salvador Misericordioso". Diario, 1075
Del Diario de Santa Faustina, 56
En mi vida interior, con un ojo miro hacia el abismo de miseria y de bajeza que soy yo, y con el otro hacia el abismo de Tu misericordia, oh Dios.
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