6 de abril de 2022

Diario de Santa Faustina,  137; 1

 

 Súbitamente, cuando acepté este sacrificio con la voluntad y el corazón, la presencia de Dios me traspasó totalmente. Mi alma fue sumergida en Dios e inundada de una felicidad tan grande que no alcanzo a describirla ni siquiera parcialmente. Sentía que su Majestad me envolvía. (…)

 


 

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