20 de febrero de 2022

Diario de Santa Faustina,  142; 2

 

 (…) Son grandiosos los descensos divinos hacia mi alma. No me retiro, ni me excuso, sino que me ahogo en Él, como en mi único tesoro. Soy una sola cosa con el Señor, en cierto modo desaparece el abismo entre nosotros, el Creador y la criatura. (…)

 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario