Diario de Santa Faustina, 138; 1
Cuando salí al pasillo, en seguida tuve un gran sufrimiento y humillación por parte de cierta persona. Lo acepté sometiéndome a la voluntad superior y me estreché profundamente al Sacratísimo Corazón de Jesús, el Señor, dando a conocer que estaba dispuesta a aquello a lo que me había ofrecido. (…)
No hay comentarios:
Publicar un comentario