Diario de Santa Faustina, 145; 5
(…) Antes Él Mismo me daba a conocer lo que no entendía, y ahora me hace preguntar todo al confesor y a menudo me dice así: "Y Yo te contestaré por su boca, quédate tranquila". No me ha sucedido todavía recibir una respuesta contraria a lo que exigía el Señor y que yo presenté al director espiritual. (…)
No hay comentarios:
Publicar un comentario