2 de octubre de 2021

Diario de Santa Faustina, 231; 3

 

 (…) Desde la primera vez que conocí al Señor, la mirada de mi alma se ha hundido en Él por la eternidad. Cada vez que el Señor se acerca a mí, y se produce en mí un conocimiento más profundo, crece en mi alma un amor más perfecto.

 



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario