9 de septiembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 217; 2

 

(…) La pena de estar en el noviciado por última vez, estrechó mi corazón. Ya debo luchar con Jesús, trabajar con Jesús, sufrir con Jesús; en una palabra, vivir y morir con Jesús. La Maestra ya no seguirá mis pasos para instruirme, advertirme, amonestarme, alentarme o reprenderme. Sola, siento un extraño miedo. Oh Jesús, da algún remedio. Sí, tendré la Superiora, es verdad, pero desde ahora estaré más sola.

 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario