Diario de Santa Faustina, 202; 2
(...) Sin embargo, cuántos sacrificios me ha costado, solamente Dios lo sabe. Por ninguna otra alma he llevado al trono de Dios tantos sacrificios, sufrimientos y oraciones como por ella. Sentía que había forzado a Dios a concederle la gracia. Cuando pienso en todo esto, veo un verdadero milagro. Ahora veo cuánto poder tiene la plegaria de intercesión ante Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario