18 de septiembre de 2025

Del Diario de Santa Faustina, 451

 

Una vez, después de la Santa Comunión, oí estas palabras: "Tú eres nuestra morada". En aquel momento sentí en el alma la presencia de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, me sentía el templo de Dios, sentía que era hija del Padre; (...). Oh bondad infinita, cuánto Te humillas hasta una miserable criatura. 

 

 


 

17 de septiembre de 2025

Del Diario de Santa Faustina, 1052

 

Oh Jesús mío, te ruego por toda la Iglesia: concédele el amor y la luz de tu Espíritu y da poder a las palabras de los sacerdotes para que los corazones endurecidos se ablanden y vuelvan a ti, Señor. Señor, danos sacerdotes santos; tu mismo consérvalos en la santidad. Oh Divino y Sumo Sacerdote, que el poder de tu misericordia los acompañe en todas partes y los proteja de las trampas y asechanzas del demonio, que están siendo tendidas incesantemente para las almas de los sacerdotes. Que el poder de tu misericordia, oh Señor, destruya y haga fracasar lo que pueda empañar la santidad de los sacerdotes, ya que tú lo puedes todo.

 

 


 

 

16 de septiembre de 2025

Del Diario de Santa Faustina, 582

 

El interior de mi alma es como un mundo grande y magnífico en el que vivimos Dios y yo. Fuera de Dios nadie más tiene acceso a él. (...) Nadie puede entender lo que estoy viviendo en este magnífico palacio de mi alma donde estoy continuamente con mi Amadísimo.

 

 


 

 

15 de septiembre de 2025

Del Diario de Santa Faustina,1572

 

Cuántas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento se abrió de par en par para cada alma.

 


 

 

14 de septiembre de 2025

Del Diario de Santa Faustina, 1413b

 

Ya es la tercera vez que hago esta novena a la Virgen María que consiste en rezar mil Avemarías diarias, es decir nueve mil saludos forman toda la novena. No obstante, aunque la he hecho ya tres veces en mi vida, y dos veces fueron cuando cumplía mis deberes, no he perjudicado en nada mis tareas cumpliéndolas con máxima exactitud, y además [la he hecho] fuera de los ejercicios de piedad, o sea ni durante la Santa Misa, ni durante la bendición, he rezado estas Avemarías. Una vez hice esta novena cuando estaba en el hospital. Más hace el que quiere que el que puede. Fuera del recreo, rezaba y trabajaba; en esos días no he pronunciado ni una sola palabra que no fuera absolutamente necesaria, pero tengo que reconocer que esto requiere mucha atención y esfuerzo, más para honrar a la Inmaculada no hay nada que sea demasiado.