"A las almas que propagan Mi Misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte nos seré para ellas, el Juez, sino el Salvador Misericordioso". Diario, 1075
Del Diario de Santa Faustina Kowalska, pág. 914-915
′′Durante la Santa Misa vi a Jesús Crucificado. Jesús estaba clavado en la cruz y entre grandes tormentos. (...) Oh, qué misterios tan terribles ocurren durante la S. Misa! Un gran misterio ocurre en la Misa. Con cuánta devoción deberíamos seguir y participar en esta muerte de Jesús! Algún día conoceremos lo que Dios hace por nosotros en cada S. Misa y qué don nos prepara en ella. Solo Su amor divino podía concebir semejante regalo.
Diario de Santa Faustina, 90; 2
(…) Y vi como si Dios mismo le fuera contrario, y pregunté al Señor ¿por qué se portaba así con él?, como si le dificultara lo que le encomendaba. Y el Señor dijo: "Me porto así con él para dar testimonio de que esta obra es Mía. Dile que no tenga miedo de nada, Mi mirada está puesta en él, día y noche. En su corona habrá tantas coronas cuantas almas se salvarán a través de esta obra. Yo no premio por el éxito en el trabajo sino por el sufrimiento".
