Del Diario de Santa Faustina, 687
“Quienquiera que la rece recibirá gran Misericordia a la hora de la muerte”
Del Diario de Santa Faustina, 848
"Habla al mundo de mi Misericordia. Que toda la humanidad reconozca mi Misericordia que es infinita; es la señal de los últimos tiempos; después vendrá el día del juicio. Hasta que haya tiempo, que todos recurran a la fuente de mi Misericordia, abran el corazón a la Sangre y al Agua que para todos han sido derramadas”.
Del Diario de Santa Faustina, 1297
Hoy pregunté imprudentemente a dos niños pobres si de verdad no tenían nada de comer en casa. Los niños no me contestaron nada, y se alejaron de la puerta. Comprendí que les era difícil hablar de su miseria, entonces (44) los alcancé apresuradamente e hice volver dándoles lo que pude y para lo cual obtuve permiso.
Del Diario de Santa Faustina, 299
"Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas... Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de mi Misericordia cuando mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza. Estos rayos protegen a las almas de la indignación de mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios."
Del Diario de Santa Faustina Kowalska, 1631
Del Diario de Santa Faustina, 949
“Cuando conozco Tu grandeza y Tu belleza, oh Dios mío, me alegro indeciblemente por ser tan grande el Señor a quien sirvo. Con amor y alegría cumplo su santa voluntad y cuanto más lo conozco, tanto mas ardientemente deseo amarlo. Me quema el deseo de amarlo cada vez más. Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad, en Ti confío”
Del Diario de Santa Faustina Kowalska, 209
Durante los sufrimientos no busco ayuda de las criaturas, sino que Dios es todo para mí, aunque a veces me parece que el Señor tampoco me escucha. Me armo de paciencia y de silencio, como la paloma que no se queja ni muestra dolor cuando le quitan sus pequeños. Deseo volar hacia el ardor mismo del sol y no quiero detenerme entre el humo y la neblina. No me cansaré, porque me he apoyado en Ti ¡mi fuerza!
Del Diario de Santa Faustina, 1307
Oh Amor eterno, abismo de misericordia, oh Trina Santidad, pero única Divinidad que tienes un seno amoroso para todos, como buen Padre no desprecias a nadie. Oh Amor divino, manantial vivo derrámate sobre nosotros, Tus indignas criaturas; que nuestra miseria no detenga los torrentes de Tu amor, ya que Tu misericordia no tiene límites.
Del Diario de Santa Faustina, 286
Una vez, cuando se hacia la adoración por nuestra patria, un dolor estrechó mi alma y empecé a orar de modo siguiente: Jesús Misericordiosísimo, Te pido por la intercesión de Tus Santos y, especialmente, por la intercesión de Tu Amadísima Madre, que Te crió desde la niñez, Te ruego bendigas a mi patria. Jesús, no mires nuestros pecados, sino las lágrimas de los niños pequeños, el hambre y el frío que sufren. Jesús, en nombre de estos inocentes, concédeme la gracia que Te pido para mi patria. En aquel instante vi. al Señor Jesús con los ojos llenos de lágrimas y me dijo: Ves, hija Mía, cuánta compasión les tengo; debes saber que son ellos los que sostienen el mundo.
Del Diario de Santa Faustina, 949
“Cuando conozco Tu grandeza y Tu belleza, oh Dios mío, me alegro indeciblemente por ser tan grande el Señor a quien sirvo. Con amor y alegría cumplo su santa voluntad y cuanto más lo conozco, tanto mas ardientemente deseo amarlo. Me quema el deseo de amarlo cada vez más. Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad, en Ti confío”
Del Diario de Santa Faustina, 930
Oh Jesús mío, cuando vaya a Tu casa y me colmes de Ti mismo, y esto será para mi la plenitud de la felicidad, no olvidaré la humanidad; deseo levantar las cortinas del cielo para que la tierra no dude de la Divina Misericordia. Mi descanso está en proclamar Tu misericordia.
Del Diario de Santa Faustina, 848
"Habla al mundo de mi Misericordia. Que toda la humanidad reconozca mi Misericordia que es infinita; es la señal de los últimos tiempos; después vendrá el día del juicio. Hasta que haya tiempo, que todos recurran a la fuente de mi Misericordia, abran el corazón a la Sangre y al Agua que para todos han sido derramadas".
Del Diario de Santa Faustina
24 dic 1937, «Cuando llegué a la misa de medianoche,
inmediatamente desde el principio me sumergí en una profunda meditación, en la
que vi la choza de Belén inundada de tanta luz. La Santísima Virgen envolvió a Jesús
en pañales, todos absortos en un gran amor. San José, en cambio, todavía
dormía. Solo cuando Nuestra Señora colocó a Jesús en el pesebre, la luz divina
despertó a José, quien se unió a ella en oración. Después de un rato me quedé
sola con el pequeño Jesús, quien extendió sus manitas hacia mí y comprendí que
tenía que tomarlo en mis brazos. Jesús puso Su cabeza sobre mi corazón y con
una mirada profunda me hizo entender que estaba bien al lado de mi corazón. En
ese momento Jesús desapareció y tocó el timbre de la Sagrada Comunión»