Diario de Santa Faustina, 188
(...) Su Sangre fluyó sobre el suelo y en algunos puntos la carne empezó a separarse. Y vi en la espalda algunos de sus huesos descarnados... Jesús emitía un gemido silencioso y un suspiro.
Diario de Santa Faustina, 188; 1
En los días de carnaval, mientras celebraba la Hora Santa, vi al Señor Jesús sufriendo la flagelación. ¡Oh, qué suplicio inimaginable! ¡Cuán terriblemente sufrió Jesús durante la flagelación! Oh pobres pecadores, ¿cómo se encontrarán, el día del juicio, con este Jesús a quien ahora están torturando tanto? (...)
Diario de Santa Faustina, 186; 2 y 187
(Sigue Jesús diciendo) "(...) Cuando reces esta oración con corazón contrito y con fe por algún pecador, le concederé la gracia de la conversión. Esta oración es la siguiente: Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío."