22 de junio de 2021

Diario de Santa Faustina, 183; 1


Una mañana, después de la Santa Comunión, oí esta voz: "Deseo que Me acompañes cuando voy a los enfermos". Contesté que estaba de acuerdo, pero un momento después reflexioné: "¿Cómo voy a hacerlo? Dado que las hermanas del segundo coro no acompañan al Santísimo Sacramento, siempre van las Hermanas Directoras". Pensé que Jesús lo solucionaría. Pocos minutos después, la Madre Rafaela mandó llamarme y me dijo: "Hermana, usted va a acompañar al Señor Jesús, cuando el sacerdote visite a los enfermos". (...)

 


 

21 de junio de 2021

Diario de Santa Faustina,  180; 3

 

 (...) la Santidad de Dios es derramada sobre la Iglesia de Dios y sobre cada alma que vive en ella, pero no en grado igual. Hay almas completamente divinizadas, pero hay también almas apenas vivas. (...)

 


 

20 de junio de 2021

  Diario de Santa Faustina, 180; 5

 (...) El tercer atributo fue el Amor y la Misericordia. Y entendí que el mayor atributo es el Amor y la Misericordia. Él une la criatura al Creador. El amor más grande y el abismo de la misericordia los reconozco en la Encarnación del Verbo, en su redención, y de esto entendí que este es el más grande atributo de Dios.

 

 
 

19 de junio de 2021

Diario de Santa Faustina, 180; 2

 

 (...) El primer atributo que el Señor me dio a conocer, fue su Santidad. Esta Santidad es tan grande que delante de Él tiemblan todas las Potencias y todas las Fuerzas. Los espíritus puros encubren sus rostros y se sumergen en adoración permanente, y la única expresión de su adoración sin límites es "Santo" (...)

 


 

 

18 de junio de 2021

Diario de Santa Faustina, 179

 

 Durante todo el período de la probación mi tarea fue la de ayudar a la hermana en el vestuario. Esta tarea me dio muchas ocasiones para ejercitarme en las virtudes. Más de una vez, iba tres veces (seguidas) a llevar la ropa interior a ciertas hermanas y no era suficiente para satisfacerlas. Pero conocí también grandes virtudes de algunas hermanas, que pedían siempre traerles lo peor de todo el vestuario. Admiraba ese espíritu de humildad y de mortificación.