Del Diario de Santa Faustina, 148
Un alma noble y delicada puede ser también la más sencilla, pero de sentimientos delicados; tal alma en todo ve a Dios, lo encuentra en todas partes, sabe encontrar a Dios incluso en las cosas más insignificantes. Para ella todo tiene algún significado, aprecia mucho todo, agradece a Dios por cada cosa, de cada cosa saca provecho para el alma.





