Del Diario de Santa Faustina, 777
“… Estuve en el cielo y vi estas inconcebibles bellezas y la felicidad que nos esperan después de la muerte. Vi cómo todas las criaturas incesantemente rinden homenaje y propagan gloria a Dios; vi lo grande que es la felicidad en Dios que se derrama sobre todas las criaturas, haciéndolas felices; y todo honor y gloria de producir felicidad vuelven a la Fuente y entran en la profundidad de Dios, contemplan la vida interior de Dios (…) Esta fuente de felicidad es invariable en su esencia, pero siempre nueva, brotando para hacer felices a todas las criaturas”
No hay comentarios:
Publicar un comentario